Qué cara eres Tuxtepec...

La vida cara de una ciudad fea

Por: Forastero

TUXTEPEC, OAX.- El 2013 fue un año donde ocurrieron situaciones que muchos tuxtepecanos quisieran olvidar. El último año de una administración en la que constantemente agrupaciones bloquearon los accesos de entradas y salidas de la ciudad, las constantes movilizaciones que terminaban con el cierre del palacio municipal en horas hábiles y una situación para el comercio establecido que se volvió un calvario por así decirlo, en cuanto a las bajas ventas que  sacudieron a la economía local.
Se le suma que que durante muchos años, la ciudad de Tuxtepec se ha caracterizado por el fuerte olor que emiten los drenajes de las principales aceras, aroma que recibe a los turista –“nosotros ya estamos acostumbrados porque somos de aquí diría cualquier tuxtepecano”-. Una de las calles donde se encuentra la terminal de autobuses de conocida marca, a unos pocos metros, las banquetas húmedas por los puestos ambulantes y establecidos que venden productos de mar y rio. Un líquido de hielo derretido, de agua jabonosa o simplemente agua hacía la coladera más cercana, que en el trayecto se impregna el olor a pescado se revuelven en el aire con el hedor del drenaje, dando una mezcla de esencias que ni Grenouille -personaje de la novela El Perfume- soportaría.
El hedor no es lo único que ahuyenta a los visitantes, la falta de arquitectura propia en las calles y avenidas, que se pierden entre bares “de mala muerte” que atestan la ciudad, son las imágenes pintorescas de quien camine por el centro de la ciudad, sin comentar de las colonias retiradas, que muestran la pobreza, disparejo paisaje de casas pobres contrastadas con una que otra casas opulentas.
Es entonces Tuxtepec una ciudad comercial en los precios, precios altos en un gran número de productos, que están a niveles de otros estados, que a diferencia de la región, ganan salarios mayores.
En el municipio, los ingresos en la mayoría de los trabajadores oscilan entre los mil 500 a 2 mil pesos, que incluyen a un gran número de profesiones, solo la política, el crimen organizado y alguno que otro colado en un puesto importante en las empresas “grandes”, como la Compañía Cervecera, el Ingenio Adolfo López Mateos y la Superior, tienen sueldos dignos para sus empleados de más alto rango.
Los precios altos de los negocios establecidos, principalmente en electrónicos y otros servicios ahuyenta ala población y estos acudan a los puestos ambulantes, que si bien, son criticados más de una vez por los comerciantes formales,  se vuelven un ahorro para el bolsillo de la mayoría de la población. Muestra del éxito es que un gran número de vendedores informales abarrota el centro de la ciudad, y muchos se pelean nuevos puestos en las principales avenidas y calles.
La competencia es desleal para los que pagan impuestos, sin embargo, los precios accesibles logran que se “estire” el presupuesto de la quincena de un gran número de personas de clase media y baja.
Aunque no todo es culpa de los comerciantes, están los que pagan la renta de un local en el primer cuadro de la ciudad, costos excesivos, que los caseros, en su mayoría personas de renombre en la ciudad tuxtepecana y que sus ancestros consiguieron sus terrenos en lugares privilegiados de la ciudad, que los caseros no se tientan el corazón para cobrar mes con mes; que han originado el cierre de muchos establecimientos. Ventas bajas y altas rentas dan por resultado la retirada del negocio.
En una comparativa, si Tuxtepec fuera una persona, se vestiría en harapos, tendría mal olor, eso sí, un gran ego, además de muy caprichosa, porque cobraría caro sus servicios como si de una artista de renombre se tratara.

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