Bitácora Cuenqueña

La vida cara de una ciudad fea Por: Forastero TUXTEPEC, OAX.- El 2013 fue un año donde ocurrieron situaciones que muchos tuxtepecanos quisieran olvidar. El último año de una administración en la que constantemente agrupaciones bloquearon los accesos de entradas y salidas de la ciudad, las constantes movilizaciones que terminaban con el cierre del palacio municipal en horas hábiles y una situación para el comercio establecido que se volvió un calvario por así decirlo, en cuanto a las bajas ventas que  sacudieron a la economía local. Se le suma que que durante muchos años, la ciudad de Tuxtepec se ha caracterizado por el fuerte olor que emiten los drenajes de las principales aceras, aroma que recibe a los turista –“nosotros ya estamos acostumbrados porque somos de aquí diría cualquier tuxtepecano”-. Una de las calles donde se encuentra la terminal de autobuses de conocida marca, a unos pocos metros, las banquetas húmedas por los puestos ambulantes y establecidos que venden productos

Por: Forastero Aún no terminaba el 2013, el agobiante y agonizante trienio de Barrera Mojica cómo presidente municipal de Tuxtepec parecía eterno en su recta final para la mayoría de tuxtepecanos. En esos momentos, las autoridades electas llegaban al palacio, todos reunidos con el edil electo al frente para los protocolos de una entrega de recepción- hecho que solo llegó hasta el último día de administración de Barrera Mojica-. Ante el fuerte olor de fragancias, cómo si de una tienda de perfumes con muestras por doquier se tratara, llegaron "los fresas", la alta sociedad, "los riquillos" o como les quieran llamar a los nuevos servidores públicos en aquel momento. Los perfumados, considerados por la mayoría de la sociedad cómo personas de la clase alta, "de varo", bien vestidos, fajados, peinados y con sus mejores -y olorosas- fragancias, los hombres y mujeres electos para ocupar el desgastado y saqueado palacio municipal hacían acto de presencia.  Si